Cuando se habla de Instalaciones Fijas Contra Incendio debemos considerar la secuencia de un evento que se constituya en un posible incendio.
En primera instancia la detección temprana de un foco de incendio se realiza con las instalaciones destinadas a detectar los mismos.
Estas se componen de distintos tipos de sensores que analizan el aire y distinguen las impurezas que lo contaminan, dando un aviso de una condición de alarma o aumento de temperatura anormal para el ambiente, que podrían determinar un incendio. El aviso temprano es el primer paso antes de la acción de combatir el siniestro.
La segunda etapa es la reacción de los sistemas instalados para control de incendios que es la extinción. Esta puede ser por sistemas que descarguen agentes extintores, gases para tal efecto o redes de agua diseñadas para el combate del fuego.
Todos estos sistemas se consideran “Instalaciones Fijas Contra Incendio” siendo los mismos los que permiten detectar un foco de incendio en sus primeras etapas de desarrollo o que cumplen una acción tendiente a reducir, controlar o mitigar los efectos del fuego, descargando un agente extintor en forma manual o automática a través de los sistemas diseñados e instalados para tal efectos. Estos sistemas, estratégicamente distribuidos, permanecen fijos, de manera permanente a la estructura del edificio o establecimiento. Adicionalmente tienen partes móviles complementarias a su función (mangas y lanzas).
Por lo expuesto vemos que las instalaciones normalmente se dividen en dos campos bien definidos que son las instalaciones de detección de incendios y las instalaciones de control y extinción de incendio.